El recorrido, que presenta escaso desnivel, sigue una faja sobre el río Yaga y termina en un mirador colgado sobre el barranco de Angonés y la surgencia de Escuaín.
El sendero comienza en una curva muy pronunciada, justo antes de llegar al pueblo de Revilla. Después de pasar el barranco de Consusa –que aún se encuentra fuera del Parque Nacional– se pasa por debajo de la pared que alberga a sus pies los restos de lo que fue la ermita de San Lorenzo. Siguiendo el camino principal se encuentra el primer mirador, desde el cual se contempla, de frente, el pueblo de Escuaín. Si se prosigue la marcha se llega a un segundo grupo de miradores, en el límite del Parque. Se abre sobre la confluencia del barranco de Angonés –que nace en el circo de la Sarra– y la garganta del río Yaga. Al fondo, sobre la margen izquierda del río, se distingue la cascada de la Fuente de Escuaín, magnífica surgencia originada por los procesos del modelado kárstico.
Senderismo en media montaña. Si se va con niños hay que evitar que se asomen a lugares escarpados.
Planifica la actividad, equipa tu mochila y actúa con prudencia.