El recorrido se inicia en el Rigüelo, lugar donde termina la pista asfaltada que recorre el valle desde la localidad de Aísa. Una barrera cierra el paso a los vehículos. Desde la barrera y en pocos minutos se llega al llano de Napazal y al refugio de Saleras, hermoso rincón que permite observar el itinerario aproximado de acceso al Aspe.
Se continúa hasta cruzar el barranco d’Igüer, y desde aquí y hacia el norte, siguiendo una divisoria herbosa entre barrancos. Una senda clara lleva a cruzar el GR 11.1 y pasa sobre la fuente de Peñarruaba. A partir de este punto, se busca hacia arriba un paso herboso que cruza la barrera rocosa. Tras el estrechamiento se llega a un karst que se remonta de mojón a mojón en dirección NE. Se alcanza el paso d’a Garganta d’Esper, también llamado Paso de la Graganta de Aspe o Collado de Aspe. Desde las inmediaciones del collado se continúa por la divisoria hasta alcanzar la cumbre del Pico Aspe o Punta Esper (2640 m). Después, el regreso se realiza siguiendo el mismo itinerario.
Itinerario de alta montaña, que discurre en parte por terrenos rocosos y sin traza evidente, siguiendo hitos de piedra. Se recomienda vigilar los horarios y no dudar en volver si las fuerzas no acompañan. Se atraviesan zonas de karst donde la traza desaparece por completo, prestar atención a posibles grietas ocultas. La última pendiente se afronta por terreno rocoso algo descompuesto.
Planifica la actividad, equipa tu mochila y actúa con prudencia.